Hoy, coincidiendo con la apertura de la estación invernal de Valgrande-Pajares, nos hemos decidido a hablaros de la importancia del hielo a la hora de servir una copa. Aunque no lo creáis, es un elemento fundamental en cualquier combinado y de la calidad y la cantidad que empleemos obtendremos o no el trago perfecto. Además, os mostraremos las últimas tendencias de esta industria.Hace tiempo le escuchamos decir a Javier de las Muelas que “un hielo de calidad evita la resaca. La gente siempre lo achaca a un mal alcohol pero si al preparar un long drink empleamos hielos de color blanquecino, que no son compactos, se deshacen más rápidamente ayudados por el gas del refresco. Eso provoca que las sales – que le dan esa opacidad- se conviertan en pequeños alfileres que se deslizan a gran velocidad por el torrente circulatorio y se clavan en nuestras neuronas dejándolas laceradas y provocándonos ese dolor de cabeza tan nefasto”.
No hay ningún estudio científico que avale esa teoría de Javier de las Muelas pero sí está más que comprobado que un buen hielo es sinónimo de una buena copa. Salvo en escasas excepciones, el hielo constituye un ingrediente fundamental en los cócteles, los combinados y las bebidas refrescantes. Ha de tratarse con sumo cuidado ya que un exceso del mismo puede arruinar el trago al aguarlo, quitando el sabor de la bebida.
Los cócteles y el hielo
A la hora de elaborar un cóctel, por ejemplo, es fundamental seguir al pie de la letra la receta: desde el orden en el que vamos incorporando los ingredientes, la copa en la que se sirve, la forma en que se colocan los hielos y la temperatura a la que debe servirse. Algunas propuestas no requieren de hielo dentro del vaso pero sí ser servidas bien frías. Para esas se emplea un vaso mezclador donde se introducen los ingredientes del cóctel y los cubitos de hielo y se revuelve en movimientos circulares durante seis u ocho segundos antes de colar la preparación. Otros se hacen en coctelera batiendo los ingredientes con movimientos enérgicos, breves, firmes y horizontales. Cuando el agua empieza a condensar en el exterior de la coctelera es sinónimo de que el trago está lo suficientemente frío. Otra alternativa son los frozen, tragos que se caracterizan por contener abundante hielo triturado. En estos casos el cóctel se prepara en licuadora con hielo molido. Y por último, los clásicos ‘on the rocks’, en los que siempre se pone primeramente el hielo en la copa antes de agregar las bebidas de mayor a menor graduación alcohólica.
Lo último en hielos
Si las grandes destilerías o las casas de refrescos no paran de sacar al mercado nuevas propuestas, en el caso de los hielos ocurre otro tanto de lo mismo. Tanto fabricantes como empresas dedicadas a elaborar hieleras pelean por hacerse un hueco con ideas de lo más originales. Os mostramos las últimas.
Hielo extraterrestre. Ofrece la posibilidad de crear cubitos con forma de platillo volante. Ideales para amantes de la ciencia ficción y los viajes interplanetarios. La empresa que los comercializa ha ideado una funda de silicona que también es resistente al calor, lo que permite, además de hacer hielos, preparar galletas con esas mismas formas y ese mismo molde.
Bathielo. Cubitos de hielo con la insignia de batman. Son perfectos para sorprender en una noche temática pero tanto el tamaño -son muy pequeños- como la forma -con bordes afilados- no creemos que sean los más aconsejables para disfrutar de un trago.
Ajedrez de hielo. Permite crear dos sets completos de figuras de ajedrez de hielo. Como la partida no sea rápida las piezas desaparecerán del tablero antes de que cualquiera de los rivales pueda ‘comerlas’. La duda que tenemos es cómo se distinguirán las negras de las blancas. Como no se emplee un poco de granadina…
Hielos con limón. Más que una cubitera especial aquí lo que prima es la imaginación. Cuando os dimos ideas para celebrar vuestra fiesta de Halloween ya os propusimos algo parecido. Basta con colocar una rodaja de limón en cada molde y rellenar con agua para conseguir unos hielos con limón de lo más sorprendentes.
