Las seis cafeterías más peculiares del mundo

El Wasbar

Sirven café pero lo hacen en un entorno diferente. En la última década el ingenio se ha apoderado de algunos emprendedores que han optado por abrir cafeterías con alguna peculiaridad. ¿Te imaginas entrar en un local donde las hamacas sustituyen a las sillas? ¿O hacer la colada mientras te tomas un té en compañía de unos amigos. Aquí os dejamos las seis cafeterías más peculiares del mundo.

Con la idea de que ningún cliente se sienta solo idearon sentar en una de las sillas de cada una de las mesas de la cafetería un enorme peluche de los personajes de la serie de dibujos animados Moomin. El éxito ha sido rotundo hasta el punto de que el Moonin Café se ha convertido en una franquicia en la capital de Japón. El primer establecimiento de la cadena abrió en 2003.

 

La idea surgió en Japón donde los ‘Neko (gato) cafés’ se pusieron de moda nada más abrir el primero. Allí, debido a las dimensiones de los apartamentos, muchos japoneses no pueden tener mascotas y las cafeterías donde los gatos andan a sus anchas y el cliente puede hacerles carantoñas triunfaron rápidamente. La idea llegó a Europa. Viena fue la primera ciudad en abrir un ‘Cat Café’ y después la iniciativa se trasladó a Hungría, Alemania y Reino Unido. Desde hace unas semanas Madrid cuenta con La Gatoteca, sede de la ONG ABRIGA, un concepto similar a los ‘Neko Cafés’ aunque con sus particularidades.

Se acabó eso de tener que aparcar la bicicleta y ponerle el candado para tomar un café. Unos diseñadores idearon un café drive-in para los ciclistas por el que se interesó una de las cafeterías más populares de Zurich. Hoy se ha convertido en un reclamo turístico más de la ciudad. Además, quienes hagan chck-in en Foursquare o compartan su ubicación en Facebook disfrutarán de una taza de café gratis.

En Europa es bastante común que la gente no tenga lavadora en casa y recurra a las lavanderías. Pasarse unas horas mirando la ropa sucia girar en círculos medio hipnotizado fue lo que inspiró a unos emprendedores belgas a abrir una combinación entre lavandería y bar. El resultado fue El Wasbar, un local que se ha convertido en un hervidero de gente tomando café o cerveza mientras hace la colada.

La peculiaridad de esta cafetería de Tokio es que no hay una sola silla. Los clientes que acudan allí van a relajarse de verdad. ¡Sólo ofrecen hamacas colgadas del techo! Un lugar ideal para leer un libro o descansar con una charla agradable mientras se disfruta un café.

A simple vista parece una cafetería más pero su particularidad reside en que el cliente paga por el tiempo que está en el local en vez de por lo que consume. Un minuto en Babochki Anticafé cuesta 1,5 rublos y una hora 90 rublos, unos dos euros al cambio. Babochki significa mariposas y sus propietarios aseguran que lo abrieron con dos objetivos: que sea un lugar agradable donde quedar con los amigos y que la gente se pueda expresar libremente, como las mariposas.

 

¿Conoces alguna cafetería tan extrañas como estás? ¡Cuéntanoslo!

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